Ataque A La Casa Blanca
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Dieciocho meses más tarde, después de haber sido retirado como escolta del presidente, Banning trabaja en el Departamento del Tesoro. Durante la reunión que se lleva a cabo con Asher y el primer ministro de Corea del Sur, Lee Tae-Woo, unos terroristas liderados por Kang Yeonsak, un terrorista de Corea del Norte conducido a la reunión de Corea, ejecutan un ataque aéreo pero el avión terrorista es derribado. Tras ver esto, Banning se une a la escolta de la Casa Blanca. Los terroristas atacan la Casa Blanca en un despliegue increíblemente sincronizado y logran matar a todos los guardias, menos a Banning. Asher, el primer ministro Lee, y otras personas son llevadas al búnker presidencial, pero los norcoreanos infiltrados, entre ellos Kang, y el antiguo agente del Servicio Secreto, Dave Forbes, capturan a Asher y a los otros. Asher y varios altos funcionarios se mantienen como rehenes en el búnker de la Casa Blanca. El primer ministro Lee es ejecutado en un vídeo en vivo de un disparo en la cabeza, siendo presenciado por el resto del Gabinete de Gobierno, el Servicio Secreto y la Junta de Jefes Militares. Antes de su muerte, el agente Roman alerta a la Directora del Servicio Secreto, Lynne Jacobs, que "Olimpo ha caído".
Después de los acontecimientos, los EE.UU. comienzan a recuperarse del ataque, mientras que Banning, una vez más, encabeza el equipo de seguridad del Presidente. El Presidente Asher se dirige al público con Banning, Jacobs, Clegg y Connor observando su discurso, mientras da palabras de aliento a todo el país después de los trágicos eventos.
Los nacionalistas recibieron sentencias que van de 16 a 75 años en una prisión federal por el ataque, dijo el sitio web de la Cámara. Más de dos décadas después, el presidente Jimmy Carter les concedió el indulto.
1º de noviembre de 1950, los agentes del Servicio Secreto y de la policía de la Casa Blanca se enfrentaron con disparos con armas de fuego frente a la Casa Blair, enfrente a la Casa Blanca, donde en ese momento residía el presidente Harry Truman y la primera dama Bess, por renovaciones en la mansión presidencial. Los nacionalistas puertorriqueños Oscar Collazo y Griseleo Torresola fueron los atacantes. El agente del Servicio Secreto, Leslie Coffelt murió en el ataque tras abatir a Torresola. Collazo fue herido y condenado a muerte, pero el presidente Truman conmutó su pena por prisión perpetua y en 1979 fue liberado después de que el presidente Jimmy Carter conmutara la sentencia por tiempo cumplido.
Relegado a un trabajo de seguridad menor, Banning es testigo de una violenta y muy poco creíble toma a la Casa Blanca por un grupo de norcoreanos que entran al edificio haciéndose pasar por sus vecinos del Sur (que eso suceda y que puedan haber entrado armados hasta los dientes es bastante poco plausible) y que luego son apoyados desde fuera con camiones explosivos y ataques aéreos.
Después Bush añadió: «Hoy hemos tenido una tragedia nacional. Dos aviones se estrellaron contra el World Trade Center en un aparente ataque terrorista a nuestro país. He hablado con el vicepresidente, con el gobernador de Nueva York y con el director del FBI, y he ordenado todos los recursos del Gobierno federal para ayudar a las víctimas y sus familias y encontrar a las personas que cometieron este acto». Tras un minuto de silencio, Bush, su equipo y los periodistas salieron de la escuela.
Tras el ataque al Pentágono, se comunicó al búnker que había otro avión, United Airlines 93, fuera de control. Partió del aeropuerto de Newark a las 8.42, fue secuestrado a las 9.28 y dio media vuelta, dirección a Washington, a las 9.32.
El presidente dijo: «La libertad misma fue atacada esta mañana por un cobarde sin rostro. Y defenderemos la libertad. Quiero asegurarle al pueblo estadounidense que todos los recursos del Gobierno federal están trabajando para ayudar a las autoridades locales a salvar vidas y ayudar a las víctimas de estos ataques».
El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, ofreció una declaración sobre el ataque con misiles de Estados Unidos contra una base aérea del régimen de Bashar Al Asad en Siria.
Donald Trump fue informado poco después del ataque químico perpetrado el pasado martes, 4 de abril, por el régimen de Asad en Idlib. El flujo informativo continuó todo el día y se le presentaron las primeras opciones a Trump quien se reunió con las autoridades de alto nivel por la noche del mismo día, según informó Spicer.
Las oraciones del mundo están con el pueblo de Ucrania esta noche mientras sufre un ataque no provocado e injustificado por parte de fuerzas militares rusas. El presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano. Solo Rusia es responsable por la muerte y destrucción que este ataque causará, y los Estados Unidos y sus aliados y socios responderán en forma unificada y decisiva. El mundo pedirá cuentas a Rusia.
El Pentágono indicó un día antes que la operación se produjo en respuesta a un ataque con cohetes en Irak a principios de este mes que mató a un contratista civil e hirió a un miembro del servicio estadounidense y a miembros de otras tropas de la coalición.
Los ataques en la Zona Verde son frecuentemente realizados por grupos armados poco conocidos. No obstante, Washington acusa directamente a Kataib Hezbolá, una milicia iraquí financiada directamente por Irán, calificada por Estados Unidos como una organización terrorista.
Woodward retrata a Trump como un hombre predispuesto al enfado y la ira, a maldecir y tomar decisiones impulsivas sobre temas de la máxima importancia. Su administración es un caos y la situación puede calificarse de "golpe de estado administrativo" o "ataque de nervios" del Ejecutivo, asegura el periodista.
En otro pasaje del libro se afirma que, poco después de llegar al poder, Trump pidió al Pentágono un plan para un ataque militar "preventivo" contra Corea del Norte. Mattis salió "exasperado y alarmado" de esa reunión y comentó a su círculo cercano que el mandatario había "actuado como un niño de 10 u 11 años".
La vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el ataque a los ciudadanos estadounidenses es inaceptable, "no importa cuál fue la circunstancia que se haya dado y cómo se haya dado".
Lo que no quiso confirmar Rhodes es si el ataque había sido realizado por hackers rusos ni cuándo había tenido lugar, pero sí dio a entender que no se había producido durante los últimos días.
Así, el FBI, el servicio secreto y las agencias de inteligencia norteamericanos están ya trabajando en el asunto, del que han dicho que es el ataque más sofisticado que jamás han lanzado contra un sistema gubernamental estadounidense. La intrusión se enruta a través de ordenadores en todo el mundo, ya que los hackers lo hacen a menudo para ocultar sus pistas, pero los investigadores encontraron códigos reveladores y otros marcadores que hacen pensar que los hackers trabajan para el gobierno ruso.
Karine Jean-Pierre, vocera de la Casa Blanca expresó sus condolencias a las familias por los hechos ocurridos y declaró: Estamos siguiendo de cerca el ataque y secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, México. Este tipo de ataques son inaceptables. A su vez avisó a la población que el presidente Joe Biden ya esta enterado de la situación y puntualizó que el FBI ya se encuentra trabajando e conjunto con las autoridades mexicanas.
Durante décadas, el Bombardeo a Plaza de Mayo permaneció como un hecho olvidado de la historia argentina. Recién en 2005, por iniciativa del Presidente Néstor Kirchner, la Secretaría de Derechos Humanos inició una investigación sobre el ataque del 16 de junio de 1955. Luego, en 2008, durante el mandato inicial de Cristina Fernández de Kirchner, se inauguró el primer monumento oficial en homenaje a las víctimas del Bombardeo, ubicado en las inmediaciones de la Plaza de Mayo. Un año después se sancionó la ley 26.564, que otorgó el derecho a percibir indemnizaciones a las víctimas del ataque. En el marco de estas políticas, al cumplirse el 55vo aniversario del hecho el Archivo Nacional de la Memoria publicó una investigación histórica que reconstruyó lo ocurrido durante el Bombardeo y realizó entrevistas a sobrevivientes y otros protagonistas de la jornada de junio de 1955.
"El presidente Vladimir Putin de Rusia llamó al presidente Donald J. Trump para agradecerle la información ofrecida por Estados Unidos que ayudó a frustrar un potencial ataque terrorista durante el feriado en Rusia", añadió la Casa Blanca. 781b155fdc